lunes, diciembre 05, 2005

La argentinidad al palo


Yo sabía que la sobrecarga de trabajo iba a hacer que inevitablemente los descuidara, o los cuidara, depende la actitud que tengan para con mi página.
Fueron un rejunte de cosas que me llevaron por el caminito verde. Primero el levantarme todos los días a las seis, después el acostarme todas las noche como a la una, la presión de no llegar a fin de mes, el viaje de mi mejor amiga, una llaga en el labio inferior, el alto acatamiento a la huelga docente, el no saber para que estamos en el mundo, la probable existencia de vida en otros planetas, el debate interno que despierta hacerme el flequillo, el día de la primavera, etc.
La verdad siempre me resistí al uso de yerba, pero debo confesar que me sentí tentada por su alto consumo entre la gente joven de Argentina, a pesar de que me repetían una y otra vez que no sería bueno para mi organismo. Por otro lado algunos conocidos me dijeron que me iba a ayudar a relajarme e incluso me quitaría el sueño constante del que soy víctima el último mes, todo esto después de haberles comunicado mi lamentable estado.
Siguiendo recomendaciones me dirigí a un local donde me dijeron conseguiría yerba “de la buena”. En ese mismo establecimiento encontré también todos los artilugios que necesitaría. Tras tanta compra me fui a mi casa para probar lo que a tantos argentinos apasiona: el mate.

  • Conflictos de identidad

Para proteger mi reputación y para salvaguardar sus respectivas digestiones voy a evitar entrar en detalles sobre los síntomas que produjo mi primera experiencia, se los dejo a su libre albedrío. Lo que si les cuento es que ahora me quité parcialmente esa cruz que cargo desde mi tierna infancia.
A pesar de que creo amar bien a mi país, siempre me negué a dos costumbres que ponían en tela de juicio mi nacionalidad. Exagero si digo que toqué más de 5 veces un porongo durante mis veinte años de vida, y ni hablar de cebar. Muchas veces me cedían el termo creyendo que en mi condición de entrerriana sabría preparar el brebaje de manera ejemplar. Claro, la creencia se disipaba rápidamente una vez que el primer pobre infeliz probaba lo que en mi ignorancia yo entendía como mate, escupida mediante.
El otro vergonzoso secreto es que no se jugar al truco. Es así como durante los viajes de estudio me volví una excelente observadora de paisajes. Es más, conozco datos como ser la cantidad de carteles desde Rosario a Bariloche, la cantidad de curvas que hay entre Rosario y Carlos Paz y también cuantos nidos de horneros había a lo largo de la autopista a Santa Fe en octubre del 94.
espués de semejantes confesiones ustedes se preguntaran de donde saqué amigos. Y bueno, la vida quiso que me cruce con argentinos que, si bien consumían mate, me permitían reemplazarlo con un café con leche, y que si bien preferían jugar al truco, cedieran a mis pedidos de jugar al chinchón.
La tradicional infusión marcó un antes y un después en mi vida. Es verdad, el mate es reconfortante, pero hay que sincerarse, no es el sabor más delicioso del mundo. Si de argentinidad se trata, prefiero una empanada tucumana, unas tortas fritas o un tarro de dulce de leche. De todas maneras, y una vez que logré salir del baño, me dispuse a encontrar la yerba de la que me haría consumidora. Es así como ahora se pueden encontrar en mi casa paquetes a medias de las mil quinientas marcas que hay en el mercado, si alguno de ustedes están en proceso de búsqueda de sabores no dude en pasar por casa.
También descubrí que, como la mayoría de las tradiciones, el consumo del mate como lo conoció José Hernández a degenerado en un sinfín de variedades de yerba de todo tipo. Me costó bastante encontrar la tradicional entre gustos que iban desde té de tilo y hierbas a dulce de leche y lechón con chimichurri.

  • Un cacho de cultura

Lo bueno es que cada yerba en su paquete traía tips que para una novata en el tema como yo, fueron de gran utilidad. Descubrí que si uno recorta los paquetes de yerba se puede armar una especie de enciclopedia del mate.
La yerba Romance me contó que la hoja de Yerba Mate proviene del Ilex paraguariensis, árbol de la familia de las Aquifoliáceas. Comenta que los conquistadores miraron con curiosidad como los indios tomaban la infusión a la que denominaban caá. El término, luego de que los conquistadores sucumbieran a la tentación de probar la bebida, mutó para transformarse en cagá, se desconoce el porqué…
Nobleza Gaucha prefiere contarnos desde su envase el procedimiento para preparar un buen mate, el cual seguí al pie de la letra. Llené con yerba las tres cuartas partes del mate –regla mediante-, tapé la boca del mate con la mano, la volqué y la agité con suavidad, cuidando que la yerba quede inclinada hacia un costado. Luego de lavar la cocina y bañarme porque tenía yerba hasta en los oídos, vertí el agua tibia – léase hervida- en el costado más vacío de mi mate “Recuerdo de Formosa”, y coloqué mi bombilla “recuerdo del Coto”.
Cuando llegó mi madre y vio que los pedazos de palo flotaban tristemente en el agua y que el porongo parecía más una pecera que lo que en realidad era, comprendí el concepto de mate lavado y también la canción de Los Piojos que dice: “El agua hirviendo va a arruinarte el mate”. Se hizo la luz.
Cerrando con CBSé (¿Se entiende? Cebesé… je. Que capos), les comento que en materia de diversidad la marca lleva la delantera. Tiene tres tipos de variedades: saborizada, endulzada y compuesta. Café, limón, naranja, mandarina, pomelo, miel, con azúcar, endulzada, compuesta con hierbas de los Andes, compuesta con hierbas serranas y premium (For export ¿vistes?). Fuentes cercanas a la empresa me comentaron que se vienen las líneas Sabores de Verano -Gusto a tableta Fuyi, bronceador Rayito de Sol, helado de dulce de leche y cañita voladora-, y Sabores Nuestros –Humita, locro, mazamorra, buñuelos, costillar a la estaca y suyi (esto de la globalización…)
Si, al final me decidí por una marca, pero no voy a revelar cual. Si, al final ahora tomo mate. Costó pero finalmente puedo preparar uno que se deja tomar Y tras romper todos los termos de la casa, quemarme unas 50 veces (manos y lengua), hervir unos 20 litros de agua y pasarme una cantidad de horas determinadas en el… digo leyendo, finalmente me puedo llamar argentina. Aunque todavía me queda el truco…

6 Acotaciones:

Anonymous Anónimo tiene la palabra:

ooops! un blog rosarinooo!!buenísimo.
Una entreriana que no tome mate?? es igual a un rosarino que no haya ido al Independencia o un porteño que no sea agrandado.
salutes, yo estoy en www.espacioblog.com/nuevoperiodismoeconomico
Ricardo

5/12/05 2:08 p. m.  
Blogger Rain tiene la palabra:

jajajajajajaja y bueno, despues dicen que no somos patriota no? Veanse los sacrificios que hay que hacer!
Yo, como hombre argentino que soy llevo un triste secreto que horada mi hombria y me hace creer que realmente no soy argentino, que la cigüeña ebria me secuestro de una cuna extranjera y me dejó aca, en Argentina. Yo... yo... yo... yo no se hacer un asado.

6/12/05 9:44 a. m.  
Blogger Belén Albornoz tiene la palabra:

ANUNCIO:
Quería agradecerles a todos los que escribieron acotaciones en este post. Me vi en la obligación de borrarlos, porque no pude evitarlo, soy asi de estúpida. Cómo verán cambié la estética del blog y me fui por lugares que no tenía qie irme. Gracias nuevamente, y los invito a que los dejen de vuelta ¿¿¿sssssssi???? Ta luego...

9/12/05 10:35 p. m.  
Anonymous Anónimo tiene la palabra:

pUFF! Tarde pero seguro!!!Si supieras lo dificil que es para los españoles entender "el ritual del mate"...y cuando lográs q lo prueben, les dá asco el compartir bombilla. MEJOR!!! asi es nuestro monopolio aunque debo decir q CbSe y todas ya llegaron a Europa (y si te contara la del Dulce de lecheeee...te querés matar!!). Desde el otro lado del charco, saludos a todos!!!!

19/12/05 6:06 a. m.  
Anonymous Anónimo tiene la palabra:

Bue´, como a tantos otros he llegado aqui puramente de casualidad, y me quede como 1 hora de laburo (ojala nadie d la empresa se entere...) paseando por aca y leyendo todo.
Realmente te felicito, sos una capa
Esto confirma que hay mujeres inteligentes (y yo que pense que era la única juajuajua)
Te mando un gran abrazo y espero tus proximas contribuciones...
Saluditos desde el interior de Sta Fe...

22/12/05 7:43 a. m.  
Anonymous osvaldito tiene la palabra:

la argetinidad... (con o sin palo). probà esto: casar una naranja, pelar evitando arrastar la parte blanca en la maniobra, dejar secar al sol ESA càscara, someterla a mortero junto con unas ojitas de coca (algùn bolivianensys puede colaborar,mezclarla con la yerba MATE. El agua hervila un rato (por la pudriciones que trae...) colocala en el termo sin taparlo; al cabo de varios minutos, aproximà la palma de tu manita en la boca del termito, y cuando notes que al cabo de cinco segundos te jode el vapor, està a temperatura soportable para el paladar.

27/12/12 9:41 p. m.  

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