lunes, agosto 27, 2007

Oid Mortales!

El gran misterio de la humanidad es la muerte, dijo algún trascendido. La única señal tangible es el cadáver. ¿Será por eso que los argentinos los amamos tanto?

La manía lejos está de desaparecer, y cuando cada argentinito se adentra en los misterios del primer ciclo de EGB, las maestras comienzan a fomentar el nacionalismo. Un infante de seis años acaba por saber que un 17 de agosto palmó San Martín, que Sarmiento pasó a mejor vida un 11 de septiembre y que Belgrano, muy pobre, dejó este mundo un 20 de junio. De festejar fechas de nacimiento… ni hablar.

Primeras fetas de fiambre

No es una moda. Los habitantes de estas tierras estábamos condenados de antemano, ya cuando los primeros conquistadores no tuvieron mejor idea que meterse en el Río de La Plata. Tal como Pacho O’Donnell narra en su libro “Los héroes malditos”, aquella muchachada, con Pedro de Mendoza a la cabeza, pasó penurias y hambre, sitiada por los indios. Un cronista alemán dejó una esquela histórica contándose cierto episodio –como para que nos vayamos preparando-: dos hombres mataron a un caballo para comérselo, y por eso fueron ahorcados. Endespués otros españoles se acercaron a los ajusticiados y se los cenaron. Hete aquí nuestros ancestros. Provecho.

El muerto se fue de rumba

Más por estos días, podemos citar el emblemático caso de los Perón. Al expresidente le llegó la hora el 1 de julio de 1974. Si el hombre había tenido una vida movida, no sabía lo que le esperaba. En el 87 le profanaron el féretro para sacarle las dos manos, cuyos destinos se desconocen y quizás estén de adorno en el living de algún siniestro personaje. El año pasado se abrió el blindex que protegía al cajón con doce cerraduras. Esta vez la excusa para cortarle el sueño fue la de su partenidad y unas pruebas de ADN, que al final nada que ver. Ricardo Péculo, uno de los tanatólogos, (¿De dónde saca uno una vocación así? No es que no la crea noble pero…) dijo en esa oportunidad que el cuerpo estaba “en buenas condiciones", léase igual que la última vez, que ya es mucho decir en la Argentina.
Después lo llevaron a la Quinta de San Vicente, y el cuerpo de Perón se movió de un lado para el otro dentro del cajón, mientras que afuera los sindicalistas se baleaban. Ahora -y sólo por ahora- descansa en el nuevo mausoleo.
Y como si fuera poco está lo de Eva Perón. Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición en la CGT durante tres años, hasta que un comando del General Aramburu lo secuestró. Pasó a las manos del coronel Moori Koenig, que llegó a obsesionarse con ella, y después fue enterrada en Milán con un nombre falso. El "Operativo Retorno" la devolvió a su viudo, en Madrid. Al cadáver le habían cortado un dedo y tenía un leve aplastamiento en la nariz, pero todos se esperaban cosas peores.

Sólo para golosos

Irónicamente Aramburu tuvo similar destino una vez muerto. En 1974 los Montoneros secuestraron su cadáver con la intención de canjearlo por el de Eva, pero no lo lograron. Hoy la emblemática mujer descansa en la bóveda familiar de los Duarte en el cementerio de La Recoleta (lejos de la casualidad, uno de los lugares más visitados de Buenos Aires). Por allí también está Juan Manuel de Rosas, que en 1990 se tuvo que bancar un viaje de Inglaterra a nuestras tierras.
Para aquellos que se pasan de argentinos, a mediados de este mes inauguró en Capital Federal la muestra “Cuerpos” donde se exponen 16 cadáveres y más de 200 órganos plastificados. Como no podía ser de otra manera, en las primeras doce horas de abierta, fueron 1.700 los que pagaron su entrada de 50 pesos.
El caso Dalmasso volvió a prender el vicio criollo. Cuando el noticiero de América TV puso al aire las fotos de Norita –desnuda- en la escena del crimen, se abrió la polémica. La decisión del ciclo fue criticada con dureza por la sociedad. Eso sí, nadie pudo resistirse a la atroz tentación de dejarse hipnotizar por lo que mostraba la pantalla, y terminó siendo tema de conversación en almuerzos y cenas, sin que nadie dejara de masticar.

Última oportunidad

Una cadena de mails propone pasar el día del amigo al 19 de junio, fecha en la que murió Roberto Fontanarrosa. ¿Qué necesidad de conmemorar el día en el que el destino nos lo sacó al Negro? Los rosarinos somos también parte de esta idiosincrasia, y por tanto el 26 de noviembre de 1944, dichosa jornada en la que esta ciudad lo vio nacer, corre el peligro de perderse en la frágil memoria de la que también sufrimos.
Si ya perdieron las esperanzas de convertirse en próceres, humoristas, ex presidentes o conquistadores, no se preocupe. Gracias a Internet ya se encontró la forma de que sus idas y venidas no terminen después de fallecido. En el sitio mingle2.com/cadaver-calculator se puede averiguar cuanto costará el cuerpo de uno después de haber dejado este mundo, si uno decide terminar en manos de la ciencia.
"Pepito ¿que día nació El Libertador?"- pregunta la maestra. Nació un 25 de febrero de 1778, pero no se culpen si ustedes tampoco lo saben, después de todo somos argentinos.

viernes, julio 20, 2007

CHAU NEGRO


Entre tantas malas decisiones que toma el destino, me sacó al Negro Fontanarrosa. Nos lo sacó a todos en realidad, pero me gusta sentirlo un poco mío, egoísta como soy.

Esa posesión empezó a los 11 años cuando encontré en la biblioteca de casa"El mundo ha vivido equivocado", confundida porque creí que el Negro sólo dibujaba. Al segundo párrafo del cuento Testimonios III: "Yo fui amante del Yeti" ya me habia enamorado de esa imaginación y picardía con la que contaba la historia de una mujer que había caído en el bulo que el Abominable Hombre de las Nieves tiene en el Himalaya. Inmejorable.

No fui al velorio ni a la caravana ni al entierro. Lo vi varias veces en cuanta ponencia y discurso y lugar con gente hubiera. Era una delicia escucarlo. En la presentación del libro de la revista Humor, creo que fue allá por el 2003, lo esperé a la salida. Pasó por al lado mio junto a su mujer, y me lo quedé mirando pero no pude hablarle. Creo que me sonrió. Así de complicado era mi amor.

El año pasado lo escuche en la Feria del Libro de Rosario. Su hijo Franco le acomodó el micrófono porque él ya no se podía mover. Toda esa sensación de pena desaparecía cuando el Negro abría la boca, después de los aplausos. Lo grabé y no me canso de escucharlo cada vez que duele algo.

Pocas cosas me dolieron com esto y la verdad que es la primera vez que la ponencia del Congreso de la Lengua sobre las malas palabras, y esa charla en el Patio de la Madera no resulta para remediar mi tristeza.

Hace unos meses conseguí el teléfono de su casa. Miles de veces intenté marcarlo para conseguir una entrevista, pero ese respeto y amor me frenaban. Quizás haya sido una estupidez dejar en el tintero la que hubiera sido la primer pregunta del reportaje, que ahora no será contestada: Negro, cuál fue el peor insulto que recibiste?.

Para recordarlo, elijo unas cuantas frases que aparecen en uno de sus cuentos publicado en "El peor de mis defectos". El relato, irónicamente, trata de un periodista que se acerca a un grotesco intelectual a quien idolatra. El entrevistado larga una serie de frases de dudosa inteligencia. Rían, que el Negro se pone contento.

  • El árbol se ríe del hacha.

  • Si dices que lo tienes en un puño... muy pequeño ha de ser tu enemigo!

  • Cuando alcancé la Sabiduría, ella me miró y dijo: "Ya me alcanza cualquiera".

  • Lo llamaron científico, estadista y pensador. Pero nunca fue tan feliz como cuando lo llamaron "Bichi".

  • El optimista ve la copa medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble.

  • No vale más el singular topacio que el vulgar cascote. Pero si me dais a elegir... dadme el topacio.

  • No encuentra brevedad en el aforismo el tartamudo.

  • Te regalaría las estrellas, pero te has empecinado en ese par de zapatos.

  • La rosa tiene espinas, pero..... ¿tiene pétalos el atún?

  • Dios aprieta pero no ahorca ni cae en el sadismo.

  • Cuanto más subo, más bajo. Cuanto más bajo, más subo. ¿Qué me pasa?

  • No basta la buena voluntad si intentas apagar el fuego con gasolina.

  • Desdichado quien encuentra una muerte horrible, pero... ¿no pensamos en quien la ha perdido?

  • En el mundo hay Bondad y Maldad. Justicia e Injusticia. Arboles y tortugas. Hay muchas cosas.

  • Si crees en la Reencarnación... ¡no te rías de la feladad del sapo!

  • Reparad en ese pato que corre. Reparad en aquel corderito que trisca. Reparad esa cerca que huyen los animalitos.

  • Mientras más brillante la luz, mayor el gasto.

  • La última víctima de la guerra dijo, al caer: "¡Qué mala suerte!"

  • El loro plagia las palabras, pero quien está preso es el canario.

  • "Prediqué en el desierto" (proverbio árabe)

jueves, junio 28, 2007

ACTO DEL 20 DE JUNIO: Un palco muy lejano

ACLARACION: Dejaré de lado el chiste fácil, dejaré por un segundo la macanería, dejaré también esa manía de reirme. Este es un trabajo que hice para la facu, que quería compartir con vosotros y me frega. Ahí te va

Acreditarse para el desfile del 20 de junio resultó un impedimento para hablar con el presidente de la Nación Néstor Kirchner. El lugar reservado a los trabajadores de prensa estaba distante del palco donde casi todo el gabinete se encontraba ubicado, primera dama incluida, y desde el cual nadie se vio dispuesto a bajar.
Fue así como los alrededor de 25 periodistas que allí se encontraban, con sus respectivos carnets, no recibieron respuestas a las tantas preguntas que tenían preparadas. También se vio obstaculizado el trabajo de los fotógrafos, quienes tuvieron que recurrir a sus aparatos más caros y poderosos para alcanzar la imagen de la pareja que completa Cristina Kirchner, cuyo impecable tapado rosa dejó de serlo gracias a las necesidades de una paloma.



Lo cierto es que el presidente sí habló, pero a nadie que pudiese divulgar lo que dijo.
Una chica de 15 años de zona norte logró llegar al palco y las explicaciones de cómo lo hizo saltaron a la vista. Florencia había elegido un atuendo peculiar y poco improvisado: una remera con la foto de la primera dama y Agustín Rossi, en la que se podía leer "Cristina 2007". El segundo aludido miraba desde un lugar lejano al centro del palco, pegado al diputado Hermes Binner, como si desde allí mirase a sus posibilidades de ser el candidato K de Santa Fe en octubre.
La segunda gran visita fue la de una señora de la colectividad de Libia. La mujer de notables rasgos árabes tuvo gritos más efectivos que los de quien les habla. Al primer “¡Señor Presidente!” el secretario personal del mismo ya había bajado del dichoso palco para hablar personalmente con la señora, que lo que quería eran los pasajes de retorno para sus tres nietos libios. Desde adentro del corralito de prensa, los acreditados se preguntaban: “¿Será mucho pedir una declaración?”.



El inicio del fin para los periodistas fue la llegada de los ambientalistas, festejada por los movileros quienes al fin encontraban algo jugoso para contar en sus salidas radiales. Doscientos entrerrianos se acercaron al lugar con una embajadora que no resultó orginal, aunque sí pintoresca: la nueva reina de los carnavales de Gualeguaychú, Paola Monzón, sucesora de la ya famosa Evangelina Carrozo.
Un presidente a pura sonrisa recibió a los asambleístas, que le hicieron llegar no sólo banderas blanquicelestes con el "Fuera Botnia, viva la Patria", sino también a muchas inocentes criaturas menores de tres años que nada sabían de lo que sucedía ni porqué ese señor los besaba.
Momentos después el presidente hizo lo ya considerado imposible: se bajó del palco.
Los grabadores estaban prontos y las preguntas salían de todos los ángulos. “Señor Presidente, nos preocupa la crisis energética”, “Señor Presidente, ¿cómo lo recibe Rosario?”, “Señor Presidente, ¿qué anuncios tiene para la ciudad?”. Del otro lado sólo silencio. La respuesta a por qué se bajó de su casi inalcanzable posición fue contestada cuando Néstor Kirchner saltó la valla e ingresó al corralito de prensa. Pero no lo hizo solo, ya que con el mandatario se metieron tres guardias personales, cinco efectivos de la Guardia Urbana y una veintena de civiles. Los carnets de prensa terminaron de perder su validez, como también la paciencia de los trabajadores, que recibieron empujones y algún que otro disimulado golpe porque, después de todo, estamos en democracia.
Lo cierto es que la visita presidencial al acto del 20 de junio dejó más preguntas que respuestas.

martes, junio 05, 2007

La esponja sentimental


Peligrosísimo elemento la empatía. Casi tan sobrevaluado como el tacto, esta “cualidad” parece subir su cotización cada vez que un filósofo de pacotilla escupe un: “No hagas nada que no te gusta que te hagan”, y el resto asiente...
Pero, ¿de dónde salió semejante barbaridad? La lógica, entonces, nos diría que hay que hacerle a los demas todo lo que nos gusta que nos hagan… ¿qué de aquel que es sadomasoquista, entonces? O peor aún ¿qué de aquel que se le acerque?
Por otro lado, a mí no me gusta que me peguen, pero de cruzarme con alguien que sí le gusta ¿Cómo negarme? Sobre todo viviendo una en esta sociedad donde a veces es taaaaan necesario agarrárselas con alguien ¿Por qué no darle satisfacción a un tercero al mismo tiempo que dársela a un primero (yo, o sea)?
Bueno, basta de buscar empatía con ustedes, mis cómplices.
Me vienen cada tanto esos momentos donde la bronca es tan grande que se escapa por los lagrimales y cuando entra alguien a la habitación tengo que decir que se me metió una basurita. (no es cuestión de que la gente pierda ese respeto que me tiene por una simple muestra de humanidad).
Me pasa poco, digamos unas dos veces por semestre, pero me pasa. Mi mamá dijo que es normal, pero tambien dice que soy la nena más linda del mundo… y bien sabemos que no es verdad ni lo de “nena”, ni lo de “más”…
Conozco a alguien con el “don” de la empatía que le pasa esto del llanto de impotencia como 53 veces por bimestre. No es normal, aunque la primera vez les puede resultar tierno verlo derramar lágrimas que surcan su joven rostro masculino. A la décimo tercera vez una se empieza a preguntar si no estará tomando hormonas por equivocacion.
El tema se tornó preocupante cuando el “ponerse en el lugar del otro” se le fue de las manos y terminó internado con un principio de deshidratación, después de un velorio. Vale la pena remarcar que entre el finado y nuestro protagonista había una relación de más de doce personas, es decir que el muerto era el abuelo de la prima del amigo del hermano del vecino del cuñado… y así, ustedes entienden la idea.
El caso es que bastó con que una vieja dijera: “Sólo 93 años, una vida por delante” y rompiera en lágrimas, para que el muchacho rompiera en lágrimas él también… sólo porque se puso en la arrugada piel de la jubilada.
No lo pudimos parar y terminamos en la guardia del HECA (Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, efector público vale aclarar).
El cuento no terminó ahí, porque en la sala de espera llegó una embarazada víctima de un asalto, que del susto estaba por largar la criatura. Médicos, amigos, recepcionistas, delincuentes baleados, vecinos acuchillados y, claro, la embarazada, fuimos testigos del prodigio: Mi ex amigo Pepe empezó con contracciones…de puro empático, pero eso ya es otra historia.
Sí, dije ex amigo, porque uno no puede estar al lado de una persona que lo único que hace es chupar emociones ajenas.
Es como tratar de entender oriente cuando uno es occidente. Imagínense que la empatía resulta el detonante de guerras. Al principio dije que la empatía esta sobrevaluada, es verdad, pero por otro lado está subestimada su peligrosidad.
Afortunadamente todos somos diferentes, y reaccionamos diferente ante diferentes situaciones, lo interesante es tratar de entendernos y ponernos de acuerdo, para tratar de entre todos, hacer uno… ¿no que es así? ¿NO? ¿¿¿¿NOOOOOOO????

lunes, diciembre 25, 2006

El Bajo jo jo jón

En el afán de estirar mi tierna infancia y disipar mis ya nacientes sospechas de la inexistencia de Papá Noel, mis tutores aceptaron el ofrecimiento de una vecina, en la tarde de aquel domingo 24 de diciembre de 1989
La mujer, que vivía en la esquina de la casa de mi tía María y que evidentemente no tenía nada mejor que hacer, tuvo la norteamericana ocurrencia de comentarle a mi madre que se disfrazaría de Santa Claus llevada quién sabe porque idea del demonio.
El caso es que mi inocente madre obviamente aceptó el aparentemente gentil ofrecimiento de la vecina, que además de malvada era docente (dos características que generalmente van de la mano), de ser ella quien, toda enfundada de rojo, me lleve los regalos esa noche.
Llegaban las 12 y yo, que con mis cuatro añitos cabeceaba pero no me rendía, mantenía la mente fresca y fija en mis dos objetivos: Papá Noel y los regalos, en orden invertido en realidad... Mi escasa experiencia me había enseñado que el primero nunca se dejaba ver, pero que lo segundo era prueba irrefutable de su paso. Además seamos sinceros, para viejos ya lo tenía a mi abuelo y materialista fui siempre, para qué los voy a engañar…Desde ya que nada sabía del prodigio que mis familiares me obligarían a presenciar momentos después.

  • Encuentros cercanos

-Vamos a buscar los regalitos- me susurró al fin mi papá. Mis pequeños y facinerosos ojos brillaron, mientras pegaba un salto del seguro regazo paternoy corría toda enredada en los volados de mi vestidito rosa con dirección al árbol.
Me frené en seco apenas divisé el bucólico abedul de plástico–que, tras gritos y llantos, me habían dejado armar sin ayuda… imaginarán lo pintoresco que estaba-. Un individuo desconocido de extrema delgadez disfrazado de Papá Noel manoseaba mis regalos, que llevaba en una bolsa negra. Pegué un grito y le empecé a rogar "upa" a mi papá.
La vecina + traje navideño habían dado como resultado a un tristísimo y paupérrimo Santa Claus raquítico, con barba de algodón Estrella y labios pintados de rojo. Nada más alejado a mi idealización de niña.
Lo de la extrema delgadez podía llegar a tener una explicación, después de todo estábamos en plena crisis económica y a escasos cinco meses de que Menem cambiara la política monetaria, hambre teníamos todos. Lo que no tenía ninguna excusa era su tono de voz.
Al verme notablemente alterada, el coso se me acerco y me dijo que tenía un regalo para mí (Sospeché que me había robado el resto), con la voz más irritante, aguda, y contraria al espíritu navideño que se pueda tener. Parecía que, en un ataque de rencor, uno de los renos le había hincado el diente en uno de sus testículos. Tan extraña era que tíos, abuelos y primos dieron un paso atrás, ni bien la escucharon.
Tuvimos un instante de tregua cuando me alcanzó el ALF (Alien Life Form, ¿Sabían?) de peluche, pero sin más regalos no había más interacciones. Yo aprecio la buena acción de la vecina, pero se podría haber compenetrado un poco más en el personaje ¿no?. Un almohadón en la barriga, y decir dos boludeses con un tono de voz de fumador hubieran quitado un trauma a mi larga lista. Además, ¿qué necesidad de hacer física una fantasía infantil? ¿ No sabían mis mayores que yo era feliz imaginando a Santa Claus regordete, risueño y paternal... y generoso?
El extraño se fue sin trineo y sin "jojojos", tal como pude constatar ni bien cruzó el umbral. Lejos de alterar mis sospechas, el episodio sólo acrecentó mi desconfianza en la humanidad en general y en mis padres en particular.

  • ¿A mí con esas cosas?

Por un lado descubrí que ciertas personas se dedicaban a utilizar la identidad de un indefenso abuelo explotado durante 24 horas en situaciones infrahumanas, con el sólo objetivo de embaucar a niños y quedarse con sus regalos. No me cabían dudas de que el flaco se había hecho del restos de mis presentes, porque si bien no había sido una bueña niña, estaba muy conciente de que las maldades de los 365 días previos habían sido muy bien orquestradas e indetectables.
Además descubrí que mis padres o bien me subestimaban o bien yo los había sobrestimado. ¿Habían contradado a un actor de cuarta para limpiar su culpa por la escasa variedad de opciones lúdicas que recibí aquella navidad? Barato, fue el principio de una difícil pre adolescencia. Mucho cuidado entonces.

Quizás no hubieran intentado nada de eso si hubieran conocido la fuerza de mi ilimitada fe . Cual cristiana en Imperio Romano, era perseguida por primos y compañeritos del jardín de infantes intentando convertirme en una no creyente. Nada sabían de que me ataría a un sentimiento inquebrantable y espiritual: el amor por los regalos.

El resto de las navidades transcurrieron sin grandes altibajos. Lo de siempre: la frustración de mi padre por esos tristes fuegos artificiales que tanto dinero le costaron, la ensalada de frutas que nadie quiere hacer, el inquebrantable espíritu navideño de mi hermano, y los ataques místicos de mi madre rogando sin grandes soportes científicos que no peleemos, que es navidad

viernes, junio 23, 2006

Desde mi ignorancia le pregunto

Hace unas semanas, adicta como soy a las publicidades, le presté más atención de la que en realidad se merecía a un spot de Sprite (¿o era Coca? Después de todo, tan bueno no resultó el publicista…). La consigna era aplaudir a ciertos ejemplares de la fauna urbana que se atrevían a realizar acciones que la mayoría de nosotros opta por dejar de hacer.
Estaba el que se iba a vivir a la playa, previa renuncia laboral (Aplausos!), el que se iba solito solo de viaje (Aplausos!), y la que empleaba únicamente un segundo de su vida observando un cuadro colgado en un museo. El locutor decía: “Bien, es un cuadro blanco, con un punto negro, listo, ya lo vi…” (Aplausos!)
¿Cuántos de nosotros osa realizar semejante proeza contemporánea? Yo nop.
Me paré enfrente de uno de los “Mosaics” de la colección del artista César Baracca, aterrorizada, incapaz de moverme, por momentos invadida de una terquedad que me obligaba a pensar: “De acá no me muevo hasta haber entendido esta maldita… ¿obra? ¿cuadradito? Eeeeeeeh… ¿Cosita colgada?” ¿Qué diantres era eso?
A mi diestra una presencia espiritual, pero molesta como una mosca, que me recordaba amablemente que tenía que estar ahí para cumplir con un trabajo de la facultad y –sí, sí- tenía que escribir sobre la experiencia (¡Como si no lo fuera a hacer!). A mi siniestra otro fantasma que me recordaba muy en vano (¡Y como si no lo supiera!) que estaba en la primera planta del Museo de Arte Contemporáneo. Y en el medio, cual embutido, quien les habla.

Cuestión de perspectiva

Al momento en que las piernas se entumecieron se me ocurrió acercarme al cuadrado que tenía delante. Lo toqué cuando la camarita del Fashion Museum apunto para el otro wing. Grande mi sorpresa al descubrir que estaba conformado por trozos de tarjetas de crédito. Claro, ahora estaba todo clarísimo... no, de hecho no.
‘¡Che vos, estúpida, ¿No ves que es arte?¡Gilaza!’ me presioné (Ah sí, porque últimamente ando media peleada conmigo misma). De poco sirvió porque al rato comencé a reflexionar sobre la posibilidad de que el problema de todo el asunto era yo.
Mucho antes de darme cuenta del material con que estaba hecho el 'coso' se me había cruzado que, si bien no entendia el significado, quedaría el cuadradito muy lindo en la pared del baño de casa, justo al lado de donde cuelgo la esponja exfoliante. Después de tan fascinante descubrimiento ya estaba pensando en el capitalismo, en como las tarjetas abren puertas y reemplazan dinero, en como sirven para etiquetarnos, en papá que no quiere tener una, en los bancos que nos viven mandando las suyas, en papá que se pregunta cómo mierda hacen para saber nuestros datos, en Marx, en Foucalt, en por qué van tantos viejas a la iglesia y la razón por la cual la misma franja etárea se entega tan fácilmente a las bondades del Burako...

En un folleto en una mesita en la sala en el Macro (Folleto-mesita-sala-Macro) una tal Marcela Römer –desde ya, disculpen mi ignoracia- le dedicó a la colección unas líneas. Me tomo la libertad de transcribir un extracto: ‘César Baracca construye una repetición hasta el hartazgo en donde el color, la trama de la textura y el devenir conceptual modifican la génesis de la materialidad de la obra al mismo tiempoque la serialización produce una hipnosis del detalle’ Guau. No se gasten. Con diccionario tampoco tiene sentido.
Ahora mi interpretación, ahí les va: ‘El artista no está preocupado en no aburrite. ¿Te acordás de las tarjetas?, no existen más, las destrozó. Ahora son color, textura, y el significado que se te cante. Preocupadísimo como debes estar en averiguar su concepto, te vas a quedar embobado delante del mosaic (mosaico)’
Un muchacho llamado Rilke escribió sobre la experiencia que conlleva entrar a un museo. Dijo que es un milagro privado. Evidentemente no fuimos al mismo establecimiento cultural. El único milagro privado fue que no me cobraron entrada. Si el ‘mosaic’ hubiera estado en el medio de la calle, sin duda lo hubiera levantado y colocado en la mejor pared de mi sanitario –ya lo dije, al lado de la esponja exfoliante-, pero la única maera de verlo como obra de arte es dentro de un museo.
Y me vuelvo a preguntar sino seremos yo y mi inseparable compañera la ignorancia el problema. No. ¡Acabemos con esta farsa! Me niego rotundamente a creer que no estoy a la altura del Sr. Baracca ¿Me valdrá esto un aplauso o, como también dijera Rilke, he de cambiar mi vida?.

lunes, marzo 27, 2006

Y Vos Qué Ganaste?

Una vez se me ocurrió que todo el mundo quiere ser importante, y así no se puede. Dígase los chamigos Pepe y Agapito: Pepe logra ser importante y su amigo Agapito también (aunque con ese nombre esta condenado al anonimato), entonces automaticamente dejan de ser importante los dos. Con éste pensamiento tan revelador creí que lograría trascender generaciones como una gran pensadora de principios del segundo milenio. Me apuré entonces a explicarle mi descubrimiento existencial a una conocida frente a la cual siempre me sentí menos. Desde ya no sean mal pensados, que mis intenciones no eran buenas. Fui pura y exclusivamente a hacerla sentir menos inteligente que yo. Hasta practiqué en el espejo antes de salir, hice unos ejercicios vocales que me enseñó un locutor, y busqué sinónimos difíciles, para –en caso de no sorprenderla- al menos despistarla. Cuando llegué le dije: -Che, piba. (En el diccionario encontré doncella, pero me pareció un poco mucho) y ahí nomás le largué la ponencia. El caso fue que no sólo se orinó de la risa por lo mal que había empleado las accepciones, sino que me hizo saber que mi “descubrimiento” era una estupidez. Me masticó, infló, desinfló y escupió mi teoría cual chicle Bazooca con un millar de refutaciones, que sino se las narro es porque usó palabras tan difíciles que no entendí nada. Sospecho que su diccionario de sinónimos era mejor que el mio ¡Zas!

  • Ta que lo parió a los griegos...
Mi humillación filosófica culminó con la triste noticia que me dio mi amiga (Ah! Si!, es una amiga…). Resulta que la idea ya se le había ocurrido a otro perejil hace como medio milenio atrás. El pascual pasó a la historia con triste fama y al menos me quedaba el consuelo de que mi afrenta duró solo 30 minutos, la de este hombre 500 años. Así que… Peor el caso de un enamorado que tuve que, haciendo gala de su extremada sabiduria quinceañera –si es que existe tal cosa- viene y me plantea: Sabés que? El otro día estaba pensando… Yo creo que no sé nada, pero resulta que si sé que no sé nada, es porque algo sé ¿no?. Sonido de arpas. Se hizo la luz. Llegamos al Nirvana. Ese joven era un profeta, un enviado, un erudito, único e irrepetible… y todo eso sin consumir nada ilegal!! Después llegué a quinto año y conocí a Sócrates. Ese griego desubicado que se le viene a ocurrir el mismo planteito dos milenios antes. Triste destino el del joven galán que creo que hasta el dia de hoy no se termina de recuperar de semejante desilución. Jodido ser trascendente. Bah, no es que yo sepa mucho de eso, pero a lo largo de la vida uno siempre tiene sus momentitos de gloria. Lamentablemente la muestra gratis nos deja siempre con cierto vacío. Algunos nos sobreponemos y otros tratamos de repetir la experienciaa volverla un objetivo vital, y así se comenten las mayores estupideses del mundo. ¿Sino como se explica la existencia del Libro Guinnes de los records?.
  • Últimos recursos
Pues bien, allá por el 55 un par de irlandeses alcoholizados se pusieron a discutir en un pub sobre un tema de suma importancia, ustedes dirán el IRA… nop, erróneo. Estaban preocupadísimos por saber cual era la especie más rápida de ave de caza. Ahí nomás a la cervecera Guinnes se le ocurrió buscar a dos alpedistas para que revuelvan y encuentren la respuesta, y seguramente contrataron a los borrachos para que sigan haciendo preguntas pelotudas. El caso es que la primera edición fue un éxito, y ahora cada octubre sale la publicación con datos de extrema relevancia para la humanidad. Dígase:

El pelo de la oreja más largo del mundo: 13.2 cm. El Indio Radhakant Bajpai (Rada para los amigos) pasó a la historia por perder la pincita de depilar y no tener una esposa que le saque los pelos…


La que se cayó más alto y sobrevivio:
A una azafata yugoslava se le voló el avión… o sea ¡bum!. Se le explotó. Y se pegó un porrazo de 10.160 m. Resulta que salió lo más pancha… otra que la Pradón y el Coyote BIP! BIP!

E
l objeto más grande removido de un esqueleto humano: Michael Hill –como su apellido lo indica- era medio bobalicón y se tropezó arriba de un cuchillo de 20,32 cm que fue a parar a su cabeza. El tipo vivió, pero parece que perdió un poco la memoria, no se puede acordar de donde viene esa pequeña jaqueca ni donde metió el Tramontina. Lo metió por acá

Y es así como, año tras año, los de Guinnes siguen robando, porque es como las velatorias. Siempre va a haber muertos y siempre va a haber gente que quiere salir laureado de esta vida que nos tocó en suerte. De hecho tuvieron que retirar algunas categorías como “el gato más gordo”, porque la gente empezó a alimentar de más a sus mascotas. De todos modos la Pradón es inalcanzable. Para los que se la ven negras, en el sitio de Guinnes hay una sección donde ayudan a romper records. Yo diría que eviten el de la caida sin paracaidas o la del cuchillo. Yo por mi parte me inclino a los records capilares, sobre todo en invierno.
El caso es que no todas las personas tratan de llamar la atención. Ironía de la vida que en la mayoria de los casos sea esa porción la que llega a escribir o protagonizar la historia.
Cada uno a su manera, para bien o para mal, siempre toca la vida de alguien ¿no?. Me acabo de comprar 56 paquetes de Topline Mentol Super Strong, a ver cuanto tiempo me aguanto masticando esa bola de fuego. Permisito, me voy a trascender…