Oid Mortales!
El gran misterio de la humanidad es la muerte, dijo algún trascendido. La única señal tangible es el cadáver. ¿Será por eso que los argentinos los amamos tanto?
La manía lejos está de desaparecer, y cuando cada argentinito se adentra en los misterios del primer ciclo de EGB, las maestras comienzan a fomentar el nacionalismo. Un infante de seis años acaba por saber que un 17 de agosto palmó San Martín, que Sarmiento pasó a mejor vida un 11 de septiembre y que Belgrano, muy pobre, dejó este mundo un 20 de junio. De festejar fechas de nacimiento… ni hablar.
Primeras fetas de fiambre
No es una moda. Los habitantes de estas tierras estábamos condenados de antemano, ya cuando los primeros conquistadores no tuvieron mejor idea que meterse en el Río de La Plata. Tal como Pacho O’Donnell narra en su libro “Los héroes malditos”, aquella muchachada, con Pedro de Mendoza a la cabeza, pasó penurias y hambre, sitiada por los indios. Un cronista alemán dejó una esquela histórica contándose cierto episodio –como para que nos vayamos preparando-: dos hombres mataron a un caballo para comérselo, y por eso fueron ahorcados. Endespués otros españoles se acercaron a los ajusticiados y se los cenaron. Hete aquí nuestros ancestros. Provecho.
El muerto se fue de rumba
Más por estos días, podemos citar el emblemático caso de los Perón. Al expresidente le llegó la hora el 1 de julio de 1974. Si el hombre había tenido una vida movida, no sabía lo que le esperaba. En el 87 le profanaron el féretro para sacarle las dos manos, cuyos destinos se desconocen y quizás estén de adorno en el living de algún siniestro personaje. El año pasado se abrió el blindex que protegía al cajón con doce cerraduras. Esta vez la excusa para cortarle el sueño fue la de su partenidad y unas pruebas de ADN, que al final nada que ver. Ricardo Péculo, uno de los tanatólogos, (¿De dónde saca uno una vocación así? No es que no la crea noble pero…) dijo en esa oportunidad que el cuerpo estaba “en buenas condiciones", léase igual que la última vez, que ya es mucho decir en la Argentina.
Después lo llevaron a la Quinta de San Vicente, y el cuerpo de Perón se movió de un lado para el otro dentro del cajón, mientras que afuera los sindicalistas se baleaban. Ahora -y sólo por ahora- descansa en el nuevo mausoleo.
Y como si fuera poco está lo de Eva Perón. Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición en la CGT durante tres años, hasta que un comando del General Aramburu lo secuestró. Pasó a las manos del coronel Moori Koenig, que llegó a obsesionarse con ella, y después fue enterrada en Milán con un nombre falso. El "Operativo Retorno" la devolvió a su viudo, en Madrid. Al cadáver le habían cortado un dedo y tenía un leve aplastamiento en la nariz, pero todos se esperaban cosas peores.
Sólo para golosos
Irónicamente Aramburu tuvo similar destino una vez muerto. En 1974 los Montoneros secuestraron su cadáver con la intención de canjearlo por el de Eva, pero no lo lograron. Hoy la emblemática mujer descansa en la bóveda familiar de los Duarte en el cementerio de La Recoleta (lejos de la casualidad, uno de los lugares más visitados de Buenos Aires). Por allí también está Juan Manuel de Rosas, que en 1990 se tuvo que bancar un viaje de Inglaterra a nuestras tierras.
Para aquellos que se pasan de argentinos, a mediados de este mes inauguró en Capital Federal la muestra “Cuerpos” donde se exponen 16 cadáveres y más de 200 órganos plastificados. Como no podía ser de otra manera, en las primeras doce horas de abierta, fueron 1.700 los que pagaron su entrada de 50 pesos.
El caso Dalmasso volvió a prender el vicio criollo. Cuando el noticiero de América TV puso al aire las fotos de Norita –desnuda- en la escena del crimen, se abrió la polémica. La decisión del ciclo fue criticada con dureza por la sociedad. Eso sí, nadie pudo resistirse a la atroz tentación de dejarse hipnotizar por lo que mostraba la pantalla, y terminó siendo tema de conversación en almuerzos y cenas, sin que nadie dejara de masticar.
Última oportunidad
Una cadena de mails propone pasar el día del amigo al 19 de junio, fecha en la que murió Roberto Fontanarrosa. ¿Qué necesidad de conmemorar el día en el que el destino nos lo sacó al Negro? Los rosarinos somos también parte de esta idiosincrasia, y por tanto el 26 de noviembre de 1944, dichosa jornada en la que esta ciudad lo vio nacer, corre el peligro de perderse en la frágil memoria de la que también sufrimos.
Si ya perdieron las esperanzas de convertirse en próceres, humoristas, ex presidentes o conquistadores, no se preocupe. Gracias a Internet ya se encontró la forma de que sus idas y venidas no terminen después de fallecido. En el sitio mingle2.com/cadaver-calculator se puede averiguar cuanto costará el cuerpo de uno después de haber dejado este mundo, si uno decide terminar en manos de la ciencia.
"Pepito ¿que día nació El Libertador?"- pregunta la maestra. Nació un 25 de febrero de 1778, pero no se culpen si ustedes tampoco lo saben, después de todo somos argentinos.